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Valle Fértil, un rincón
​muy bello en el corazón sanjuanino

Un sitio ideal para pasar unos días cuando se visita el Valle de la Luna y Talampaya

Los paisajes de Valle Fértil, con cerros verdes, arroyos de aguas transparentes, cantos rodados y valles con nutrida vegetación son una propuesta turística excepcional en San Juan, provincia donde prevalecen áridos desiertos rojizos y un clima seco de escasas precipitaciones.

Este departamento del este sanjuanino incluye en su territorio el extremo geológico de la llanura pampeana, que lo ha dotado de un clima y una geografía diferente, con arroyos y ríos con agua todo el año y hasta el "lujo" de mantener un embalse con un lago de 16 hectáreas en San Agustín, la cabecera departamental y el mejor sitio para alojarse cuando uno va de visita a Ischigualasto y al riojano Parque Nacional Talampaya.

Las diferencias paisajísticas de Valle Fértil se notan más claramente si se arriba a esa ciudad desde el norte, ya que tras cientos de kilómetros de desierto rojo con cerros pelados y ríos secos por la ruta provincial 510, en Usno -segunda localidad del departamento-, once kilómetros antes, ya se comienza a percibir la humedad en el ambiente.

La temperatura que emana de las piedras y el suelo, aún en otoño, hace que la zona sea sumamente apta para el turismo durante todo el año.

El contraste es mayor todavía dentro de la ciudad que presenta sus calles arboladas y jardines de un verde vivo gracias al riego diario.

Si se ingresa desde el sur, por la ruta que llega desde la capital sanjuanina, el cambio es paulatino, ya que al dejar la ruta nacional 141 que atraviesa los llanos y tomar la 510 en Marayes, se entra de a poco en este paisaje a lo largo de pequeñas localidades como Chucuma, Astica y Las Tumanas.

Por su cercanía con el Valle de la Luna, declarado Patrimonio Natural de la Humanidad y principal atractivo turístico provincial, y con Talampaya (La Rioja), San Agustín del Valle Fértil constituye una parada casi obligatoria para la mayoría de los turistas que van o vuelven a la ciudad de San Juan, a 252 kilómetros al sudoeste, con una amplia oferta de alojamiento y gastronomía.

Si bien este constante flujo de visitantes genera un buen movimiento en los establecimientos que dependen del turismo, la comuna de la localidad ofrece actividades y circuitos agregados para que San Agustín no sea sólo un lugar de paso de los turistas, sino que éstos lo tomen como un plus del gran paseo a Ischigualasto y Talampaya.

Serranía

Una de las localidades que ofrece atractivos turísticos particulares es La Majadita, atravesada por el río San Agustín y varios afluentes, cuyo paisaje remeda las serranías cordobesas o puntanas.

Sus cursos de agua transparente y de escasa profundidad invitan a remontarlos caminando sobre la gruesa y firme arena de sus orillas o los cantos rodados de diversos tamaños; la claridad del agua posibilita ver cardúmenes de peces diminutos que huyen veloces de la presencia humana.

Los ríos y arroyos, entre altos cerros en los que anidan jotes y otros rapaces están bordeados de bajos barrancos rojizos o abras verdes con variadas especies de "yuyos" que los lugareños utilizan para saborizar el mate y preparar infusiones para diversos fines.

Junto a ellos se ven flores coloridas, árboles y plantas típicos, como el chañar, algarrobo, tala, berro y álamo, además de la tusca, que es muy usada para la conocida artesanía en madera de La Majadita, o la pichana, cuyas ramas son usadas como escobas.

Si bien los enormes cactus mantienen una importante presencia, la sombra de los árboles frondosos invita a los paseantes a armar un picnic al arrullo del rumor del agua y el canto de los venteveos, reinas moras, teros y chingolos.

Lago

La perla de la ciudad es el lago San Agustín, que embalsa el agua del río del mismo nombre, que es utilizada para riego y consumo humano, y en torno al cual la dirección de Turismo local organiza caminatas de dos kilómetros para el avistamiento de aves y fauna en general, con guías de senderismo especializados.

Un circuito interesante para realizar en auto es el que sale de San Agustín para recorrer el valle intermontano de las sierras, pasando por La Majadita, Los Bretes, la Quebrada de Quimilo, por la ruta 510.

En esos poblados los turistas también pueden ver y adquirir productos regionales, desde tallados en madera, tejidos en telar, trenzados, dulces y platos de la gastronomía del lugar.

Otra actividad que se puede realizar, aunque tiene un mediano grado de dificultad, es el ascenso al cerro de La Antena, en la sierra de Valle Fértil, desde cuya cima, a 2.300 metros sobre el nivel del mar, hay una vista panorámica de todo el valle.

Circuito fotográfico

Con la intención de prolongar la permanencia en San Agustín de los turistas que pernoctan en sus viajes de ida o vuelta al Valle de la Luna y Talampaya, el departamento sanjuanino de Valle Fértil inició acciones para atraer a los visitantes.

Entre ellas se destaca el circuito fotográfico que se inauguró recientemente, de unos 42 kilómetros por sus principales atractivos turísticos.

Además, se organizan caminatas para avistamiento de avifauna y fauna general por el perilago -en torno al embalse San Agustín-, a lo largo de unos dos kilómetros, que puede durar una hora y media, con un guia de trekking especializado.

Otra opción es el denominado "Circuito de Ruta de Arrieros", por donde se llevaba antes el ganado a Chile y en el que quedaron numerosos restos arqueológicos.

 Usno

En Usno, segunda población en importancia del departamento, el principal atractivo es el Museo Piedras del Mundo, que tiene una importante muestra entomológica local, y se puede visitar la capilla histórica San Juan Bautista.

Usno también cuenta en su quebrada con canteras a cielo abierto de mica, cuarzo y feldespato, en tanto para el alojamiento dispone de algunas cabañas.